soy afrodescediente desde mucho antes de estar en el vientre de mi madre, podría decir que desde el momento aquel en el que los cuerpos de mi madre y mi padre se unieron en el coito y me dieron vida. Se sabe que de los 200 o 300 millones de espermatozoides depositados a través de la vagina solamente entre 300 y 500 llegan al punto de fecundación, lo que me llena de orgullo porque esta a sido una prueba mas de la vida superada y de este mismo modo, siendo un espermatozoide fui superando todos los obstáculos del largo camino de la fecundación, hasta el momento de lograr abrirme paso a mordiscos a través de las paredes del ovulo, convirtiéndome así en el espermatozoide ganador.

Como les decía anteriormente, siempre e sido una afrodescendiente pero yo no me reconocía como una, no fue eso lo que me enseñaron, creo que perdí lo único que me quedaba de mi herencia africana el día aquel en el que a mis 7 años de edad, mi madre sin una mala intención; pensando quizás en lo mejor para mi, me aliso el cabello y siento que desde ese mismo instante perdí toda mi  identidad, deje de ser yo para tratar de convertirme en otra persona, alguien que no era y que en el fondo de mi ser no quería ser y  pase la mayor parte de mi vida escondiéndome de mi misma, cambiando mi esencia por otra que para nada es mejor. Siento un poco de pena al mirar atrás y ver como durante 19 años viví toda una mentira, una mentira que otros incluyendo a mis hermanos negros y mi familia me hicieron creer todo el tiempo, pensando que mi pelo natural es feo, imposible de tratar, digno de ser escondido. No juzgo de ninguna manera a mi madre por el crimen que cometió contra mi cabello Afro, al contrario de esto entiendo sus razones, ella se levanto en una época donde el racismo era el pan de cada día, donde ser negra era casi un delito, una vergüenza, una época donde la celebre frase "pelo malo" era la mas utilizada  para referirse al cabello natural de un negro, siento a demás que a ella nadie le enseño como ser negra, como sentirse orgullosa de esto y mucho menos como transmitirlo, lo que le transmitieron a ella fueron dosis de miedo y de temor de ser lo que somos, descendientes de África.













Hoy después de 19 años me siento una  verdadera afrocolombiana, reconozco que en mis genes llevo una explosiva mezcla de el hombre blanco, del indígena y por supuesto el africano, hoy después de tanto tiempo voy en busca de esa parte de mi que desconozco por completo, quiero ser dueña de mi misma y de todo el conocimiento que representa ser lo que por esencia y herencia soy,quiero tener un encuentro intimo y personal con mi cabello, deseo conocerlo,cuidarlo,sentirlo y llevarlo con orgullo.Quiero de vuelto mi cabello de negra, ese que me recuerda quien soy el que no me deja olvidar de donde vengo.